Declaración de La Habana. Internacional Progresista

Edición #92
13 febrero 2023

En preparación para la celebración del 50 aniversario de la declaración de las Naciones Unidas de 1974 para el establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI), a finales de enero se celebró en La Habana, Cuba, un Congreso Internacional con el objetivo de buscar consensos alrededor de una visión común del mundo multipolar que se está formando para la elaboración de una nueva declaración de la ONU. Al Congreso, convocado por la Internacional Progresista, asistieron delegados y delegadas de 24 países y a sus deliberaciones asistieron el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel y el Canciller Bruno Rodríguez. En el acto de instalación intervinieron la senadora colombiana por el Pacto Histórico, Clara López Obregón; Yanis Varoufakis, miembro del Parlamento Helénico; Andrés Arauz, excandidato presidencial en Ecuador y el Coordinador General de la Internacional Progresista, David Adler.

Declaración de La Habana sobre el Nuevo Orden Económico Internacional

El Congreso de La Habana,

Recordando el papel de la Revolución Cubana en la lucha por unir a las naciones del Sur del mundo y el espíritu de la Conferencia Tricontinental de La Habana de 1966, que convocó a los pueblos de Asia, África y América Latina para trazar un camino de liberación colectiva frente a las graves crisis mundiales y el sometimiento imperial sostenido;

Escuchando los ecos de esa historia hoy, cuando las crisis del hambre, la enfermedad y la guerra abruman de nuevo al mundo, agravadas por un clima que cambia rápidamente y las sequías, inundaciones y huracanes que no sólo amenazan con agudizar los conflictos entre los pueblos, sino que también amenazan con la extinción de la humanidad en general;

Reconociendo el logro de la lucha anticolonial y las victorias obtenidas al combinar un programa de desarrollo soberano en el interior, la solidaridad para la liberación nacional en el exterior y un fuerte bloque del Sur para conseguir concesiones a sus intereses, que culminó con la adopción de la Declaración de la ONU sobre el Establecimiento de un Nuevo Orden Económico Internacional (NOEI);

Aceptando que el proyecto de descolonización sigue incompleto, perturbado por los ataques concertados contra la unidad del Sur en forma de guerras, golpes de estado, sanciones, ajuste estructural y la falsa promesa de que el desarrollo soberano podría ganarse mediante la integración en un sistema mundial jerárquico;

Enfatizando que el resultado ha sido la divergencia sostenida entre el Norte y el Sur, caracterizada por la misma dinámica que definió el orden económico internacional cinco décadas antes: la extracción de recursos naturales, el cercamiento de la "propiedad intelectual", el saqueo del ajuste estructural y la exclusión del sistema multilateral.

Reconociendo que, a pesar de estos reveses, la llama de la resistencia del Sur no murió; que la búsqueda del desarrollo soberano ha producido logros sin precedentes —desde la alfabetización masiva y la asistencia sanitaria universal, hasta la mitigación de la pobreza y la innovación médica— que permiten hoy una campaña renovada de cooperación del Sur;

Destacando que este potencial de unidad del Sur se percibe como una amenaza para las potencias del Norte, que pretenden una vez más preservar su posición en la jerarquía del sistema mundial mediante mecanismos de exclusión económica, coacción política y agresión militar.

Aprovechando la oportunidad de la actual coyuntura histórica, en la que la crisis del sistema mundial existente puede afianzar las desigualdades o bien alentar el llamado a reclamar el protagonismo del Sur en la construcción de un nuevo orden mundial basado en la justicia, la equidad y la paz;

El Congreso de La Habana llama a:

Renovar el Movimiento de Países No Alineados: Ante las crecientes tensiones geopolíticas nacidas de un cambio decisivo en el equilibrio de poder mundial, el Congreso llama a resistir la tentación de la nueva Guerra Fría y a renovar el proyecto de no alineamiento, basado en los principios de soberanía, paz y cooperación articulados en la Conferencia de Bandung de 1955, la Conferencia de No Alineados de 1961, la Conferencia Tricontinental de 1966 y más.

Renovar el NOEI: Para acompañar al renovado Movimiento de los No Alineados, el Congreso llama a renovar la visión de un Nuevo Orden Económico Internacional adaptado al siglo XXI; una visión que debe inspirarse en la Declaración original, pero también tener en cuenta los temas clave —desde la tecnología digital al colapso ambiental— que definen las condiciones actuales para el desarrollo soberano; y a consagrar esta visión en una nueva Declaración de la ONU con motivo de su 50 aniversario.

Afirmar el Poder del Sur: El Congreso reconoce que la liberación económica no será concedida, sino que debe ser conquistada. Al igual que el llamado original a un Nuevo Orden Económico Internacional se consiguió mediante el ejercicio del poder colectivo en la producción coordinada de petróleo, nuestra visión actual sólo puede hacerse realidad mediante la acción colectiva del Sur y la formación de instituciones nuevas y alternativas para compartir tecnología esencial, hacer frente a la deuda soberana, impulsar la financiación del desarrollo, enfrentar juntos futuras pandemias, así como coordinar posiciones en la acción climática internacional y la protección de la soberanía nacional sobre la extracción de recursos naturales.

Acompañar a Cuba en el G77: El Congreso reconoce la valiosa oportunidad que brinda la presidencia de Cuba en el Grupo de los 77 más China para sacar al Sur de la crisis actual y canalizar las lecciones de su Revolución hacia propuestas concretas e iniciativas ambiciosas para transformar el sistema internacional más amplio.

Construir un Bloque Planetario: El Congreso llama a todos los pueblos y naciones del mundo a unirse a esta lucha por alcanzar definitivamente el Nuevo Orden Económico Internacional; a construir un bloque planetario dirigido por el Sur y reforzado por las solidaridades del Norte, cuyos pueblos reconozcan su obligación de resistir a los crímenes cometidos en su nombre; y a llevar el espíritu de este Congreso de La Habana a las comunidades que llamamos hogar.

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