La pandemia de covid-19 permanece aún con nosotros

Edición #81

El eventual surgimiento de nuevas variantes del virus con mayor capacidad de transmisión y de evasión de la protección conferidas por las vacunas o la infección natural o que ofrezcan mayor dificultad para el diagnóstico o el tratamiento, constituyen una amenaza que puede implicar que este coronavirus permanezca por meses o años. No se descarta que de una condición pandémica se haga tránsito a una condición endémica. Es decir, que el coronavirus Sars-CoV-2 permanezca en algunas regiones o sectores de la población.

Por Orlando Acosta

Doctor of Philosophy (Ph. D.) en Virología Molecular, Profesor, Facultad de Medicina, Universidad Nacional de Colombia

La pandemia de covid-19, causada por el coronavirus Sars-CoV-2, a 21 de noviembre de 2021 ha ocasionado a nivel mundial la muerte de 5.167.773 personas con relación a 257.821.975 de casos confirmados. Independientemente de que los científicos no están de acuerdo acerca de si la pandemia comenzó a través de un salto de este coronavirus desde un animal salvaje a un humano en un mercado de Wuhan en China, o a partir de un escape no intencionado desde un laboratorio donde se investigaba sobre coronavirus, también localizado en la misma ciudad de Wuhan, lo cierto es que la pandemia aun no se ha ido y permanece entre nosotros.

De acuerdo con las estadísticas consolidadas, entre el 8 y 14 de noviembre de 2021 la pandemia continúo mostrando una tendencia creciente muy significativa, la cual se ha mantenido en varios países. Se contabilizaron en este corto periodo más de 3.3 millones de nuevos casos a nivel mundial. Los aumentos de nuevos casos semanales en comparación con la semana precedente fueron reportados en las Américas, Europa y el Pacífico Occidental, mientras que en otras regiones la pandemia permaneció estable o decreció. En el caso particular de Europa, las muertes se incrementaron en un 5%, esencialmente en las personas no vacunadas.

En el caso de Colombia, la pandemia en los últimos dos meses ha presentado niveles de transmisión relativamente bajos. Sin embargo, durante la última semana el aumento de nuevos casos positivos confirmados, está insinuando el posible comienzo de una cuarta ola o pico pandémico, cuya ocurrencia de manera reiterada, las autoridades de salud han estado posponiendo. Se anticipa que el relajamiento de las medidas de bioseguridad, unido al incremento de los contactos asociados a las celebraciones de fin de año, pueda exacerbar la presentación de nuevos casos positivos y de fallecimientos. La presencia de nuevas variantes más transmisibles, como la variante Delta, el aumento de los contactos, la disminución de la inmunidad tanto en vacunados como en recuperados de la infección y la existencia de una parte de la población que aún no se ha vacunado podrían contribuir a exacerbación de la pandemia.

En la medida en que en una población el número de vacunados o de recuperados de una infección se incremente concediendo inmunidad a esta población, la probabilidad de que el agente infeccioso encuentre un miembro de la población susceptible a la infección se reduce significativamente, reduciéndose así la propagación de la infección. En el caso de Colombia, los completamente vacunados llegan al 46% de la población y el numero cierto de los recuperados tanto asintomáticos como sintomáticos no está establecido. No obstante, algunas autoridades declaran que se podría haber llegado a la inmunidad de rebaño, sin la consideración de que la inmunidad puede estar disminuyendo en aquellos que se vacunaron o se infectaron tempranamente.

El número de casos positivos a covid-19 confirmados en Colombia es de 5.048.061. Obviamente, esta es una fracción del total de los casos reales. Las muertes ascienden a 128.093. Conseguir la inmunidad colectiva a covid-19 en una población a través de la infección y no de la vacunación tiene un alto precio en víctimas. La eficacia de las medidas de prevención, control y mitigación de la pandemia se pueden observar comparativamente a través de los países. Colombia se ubica en el top 10 de los países con mayor número de víctimas por millón de habitantes. Mientras en China, país de origen de la pandemia, las víctimas por millón de habitantes se contabilizan en 3, en Nueva Zelanda 8, en Corea del Sur 64, Singapur 112, Australia 134 y en Japón 146, en Colombia las víctimas por millón de habitantes se contabilizan en 2.481.

Claramente en términos comparativos, las medidas de prevención y mitigación de la pandemia por parte del gobierno nacional y de muchas autoridades locales han sido un fracaso. La política de autorizar aglomeraciones y contactos en actividades económicas y comerciales en momentos de alta actividad de transmisión de la pandemia, con el argumento de que aún había espacio en los servicios hospitalarios para atender a los pacientes que resultaran positivos y en estado crítico, tuvo como resultado este alto número de víctimas. Se ocultó de manera deliberada expresar que entrar a una unidad de cuidado intensivo (UCI) implicaba fallecer a cerca del 50% de los pacientes en condición crítica.

Igualmente, el argumento de que, en ausencia de una renta básica para los más desposeídos, las cuarentenas o confinamientos estrictos podrían suscitar protestas masivas que debían ser reprimidas por el Esmad, condujo a optar por dejar expuestos a los ciudadanos de los estratos socioeconómicos más bajos a las inclemencias de la pandemia, a empujarlos al ejercicio del rebusque. Más del 75% de las víctimas del covid-19 se encuentran en estos estratos socioeconómicos. La resistencia de la comunidad educativa a realizar actividades presenciales durante los momentos de más alta transmisión del coronavirus salvó vidas. En Estados Unidos, en un estudio ampliamente publicitado, se mostró que haber mantenido cerradas las escuelas durante la primavera de 2020 ahorró más de 40 mil vidas.

Donde se privilegió la economía antes que la vida, donde estuvieron ausentes las pruebas sistemáticas en la búsqueda de los positivos, la identificación de sus contactos y el confinamiento de los positivos, las cuentas en el número de víctimas de covid-19 son casi comparables a las de un genocidio. El número de muertes evitables exige señalar responsabilidades, al menos políticas.

La presencia de la pandemia impone aun, el mantenimiento de las medidas de bioseguridad y el fortalecimiento de las cifras de vacunación. Las estadísticas indican que los vacunados tienen una probabilidad 10 veces menor de ser hospitalizado por covid-19 y 11 veces menor de fallecer, en comparación con los no vacunados. Los últimos casos de hospitalizados y fallecidos por covid-19 se encuentran esencialmente entre los no vacunados.

El eventual surgimiento de nuevas variantes del virus con mayor capacidad de transmisión y de evasión de la protección conferidas por las vacunas o la infección natural o que ofrezcan mayor dificultad para el diagnóstico o el tratamiento, constituyen una amenaza que puede implicar que este coronavirus permanezca por meses o años. No se descarta que de una condición pandémica se haga tránsito a una condición endémica. Es decir, que el coronavirus Sars-CoV-2 permanezca en algunas regiones o sectores de la población.

Compartir