Declaración del PTC. Honor y gloria a la memoria de Jorge Santos Núñez
Jorge Santos Núñez, el hombre que desde el senado de la República se levantó con valor a exigir a la embajada norteamericana y al embajador Miles Frechette respeto a la soberanía nacional de Colombia en la crisis de 1994-1998 y que erguido quemó en acto simbólico de protesta en ese mismo recinto la bandera de las 13 franjas y las 50 estrellas, falleció en la tarde del 31 de marzo en Bucaramanga. Por ello, con el corazón adolorido, las banderas del PTC ondean a media asta en señal de duelo.
Mecánico industrial de profesión, muy joven Jorge ingresó a Ecopetrol en su natal Barrancabermeja. Afiliado a la Unión Sindical Obrera (USO), se convirtió en destacado activista y luego presidente de la organización sindical de 1978 a 1985. Allí convirtió la reversión de los campos petroleros en poder de las multinacionales en bandera de los colombianos avanzados y sus esfuerzos coronaron en los campos de Orito, Zulia, Sabana de Torres y el Huila, que pasaron a ser propiedad de la Empresa y de la Nación. Cumplió papel destacado en los procesos unitarios de la Centrales Obreras y los trabajadores, ayudó a construir la CTDC y respaldó el proceso de fusión de ésta con la antigua CGT para dar nacimiento a la CGTD.
Siempre entendió la política como el escenario donde mejor servir a los pobres de Colombia. Estrechó los lazos tradicionales entre la USO y las comunidades de los territorios donde se llevaba a cabo la explotación de los hidrocarburos. Fue referente destacado del glorioso Paro Cívico de Barranca en 1982 por servicios públicos a la población. Ingresó en 1982 al MOIR, fue concejal en 1992 y en 1994 llegó al senado de la República por la alianza Bloque Democrático Regional de Santander-MOIR. Le tocó como congresista vivir el convulsionado período de 1994 a 1998, de agresión infame a la soberanía nacional de Colombia por parte de los Estados Unidos. Sus vibrantes discursos de protesta y sus intervenciones sobre los problemas de la Nación y en defensa de los intereses populares quedaron registrados en el libro, escrito a dos manos con su camarada Marcelo Torres, “La resistencia civil en el Senado”.
En 1999, ante la escisión del MOIR, conformó el Partido del Trabajo de Colombia (PTC) e hizo parte, desde entonces hasta su prematura desaparición, de su Comité Ejecutivo Central, donde cumplió como el más joven y entusiasta militante tareas de organización, construcción y participación electoral partidaria en el Valle del Cauca y Santander.
En todo su periplo político jamás transigió con las tesis de la “Combinación de todas las formas de lucha” ni con la violencia como método para la resolución de las contradicciones políticas. Condenó la intimidación, la amenaza, el secuestro, el asesinato y el terrorismo, como lo expresara públicamente ante el cadáver de su camarada Luis Eduardo Rolón, vilmente asesinado en una vereda del Magdalena Medio donde servía a los campesinos de esa región. Con la misma vehemencia respaldó el proceso y los Acuerdos de Paz que dieron fin al largo conflicto armado que tantas víctimas y recursos costó por más de cincuenta años a Colombia. Y ante el peligro que significa para el país la decisión de fuerzas de derecha de “volver trizas los acuerdos de paz” se volvió a poner el overol y recorrió la geografía patria enseñando sobre los beneficios de la paz y combatiendo a sus enemigos.
Jorge Santos fue hijo de esa Barrancabermeja obrera y petrolera, la del Rio Magdalena, la de Raúl Eduardo Mahecha y la de tantos dirigentes sindicales que siempre defendieron el interés nacional y el de los trabajadores, que escribieron con su lucha bellas y heroicas páginas de la historia de los trabajadores y los oprimidos de Colombia. Discípulo avanzado de Diego Montaña Cuellar, Víctor Carreño y Francisco Mosquera Sánchez nunca dejó de aprender y dar ejemplo de trabajo, esfuerzo y dedicación, sin abandonar la alegría de hombre ribereño y la sonrisa fraterna del camarada.
A Gloria, su compañera de toda la vida, a sus hijos Shirly, Jorge y Daniel, a sus hermanos, a sus compañeros petroleros, el abrazo fraterno de condolencia, con la convicción de que una vez superada la pandemia que hoy nos impide reunirnos físicamente a contar sus anécdotas, volver a reír con sus apuntes y llorar su fallecimiento, rendiremos el merecido homenaje que Jorge ganó con su vida, su lucha y su ejemplo. Gracias, mil gracias, a todas las fuerzas políticas, personalidades y amigos que nos han expresado su solidaridad.
Bogotá D.C., 1 de abril de 2020
Partido del Trabajo de Colombia - PTC
Comité Ejecutivo Central
Yezid García Abello
Secretario general (E)
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