El Testamento del innombrable

Edición #81

Mientras sectores progresistas y avanzados de todo el mundo celebraban con optimismo el quinto aniversario de los acuerdos de La Habana que permitieron el desarme de las Farc, el finquero del Ubérrimo se lamentaba ante el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por medio de una carta con contenido repetido y lloricón por la derrota de sus tesis sobre el tema de la paz.

Por la Redacción de La Bagatela

Mientras sectores progresistas y avanzados de todo el mundo celebraban con optimismo el quinto aniversario de los acuerdos de La Habana que permitieron el desarme de las Farc, el finquero del Ubérrimo se lamentaba ante el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, por medio de una carta con contenido repetido y lloricón por la derrota de sus tesis sobre el tema de la paz. Sin referirse directamente al documento, el jefe de Naciones Unidas manifestó en visita a Colombia con motivo de la conmemoración: “podemos afirmar con confianza que el proceso de paz está echando raíces profundas”.

Es un documento que ya no sorprende, que no goza de credibilidad, lleno falacias que reflejan la amargura de quien cada vez se le conoce más su verdadera naturaleza. Los argumentos con los que pretende objetar lo acordado han sido poco a poco superados a pesar de los permanentes embates del uribismo contra el acuerdo. No lo han podido hacer trizas como lo plantearon en el Congreso del Centro Democrático gracias al respaldo y a la fuerza de los partidarios de terminar el estado de confrontación armada y de establecer un ambiente civilizado para resolver las diferencias.

El autor de la misiva se cuida de no mencionar los asuntos de casos emblemáticos en los que está involucrado, sucedidos cuando ejercía la Presidencia de la Republica o posteriores. De los falsos positivos no se acordó y de la compra de testigos, proceso al cual hoy está vinculado, tampoco fue motivo de sus preocupaciones.

Para que no existan dudas del estado actual del personaje, basta ver el primer renglón del documento para reafirmar la naturaleza belicosa de quien no reconoce ni opinión distinta a la suya ni error propio: “Acuerdo de Paz (así en mayúsculas) no ha habido”. Es uno de los pocos habitantes del planeta que en medio de su delirio niega la realidad. Es lo que queda del exmandatario, es su testamento.

Los cinco años de firmado el acuerdo de paz en Colombia fueron motivo de numerosas expresiones de optimismo a pesar de los obstáculos para su implementación. Se puede decir que el acuerdo ha sobrevivido a pesar del uribismo ha disparado su artillería para acabarlo. Durante el gobierno de Duque se presentaron seis objeciones contra la JEP que fueron derrotadas en el Congreso

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