Entrevista a Juliana Ortiz de Proimágenes. ¿En qué beneficia la Ley de Cine a los realizadores?

Edición #79

Con el propósito de conocer cómo funciona, qué labores respalda y qué alcances tiene, entrevistamos a Juliana Ortiz, directora de planeación y proyectos de Proimágenes, institución que maneja el FDC (Fondo para el desarrollo Cinematográfico de Colombia). Quien afirmó: La Ley del Cine tiene dos partes principales: La primera es, el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, que es el que entrega los estímulos al sector y el 70% del dinero que recaude debe ir a producción; el restante 30% va a preservación, promoción internacional, etcétera. La otra parte tiene que ver con inversionistas y donantes: El Ministerio de Cultura puede entregar a cualquier inversionista o donante, un certificado para que deduzca el valor de su declaración de renta a final del año. La Dirección de Cinematografía es el único ente que puede expedir esos certificados de donación e inversión. La película debe tener resolución de proyecto nacional no de producto terminado, porque si no el Ministerio no la certifica como película colombiana.

Por Luis Guillermo Cardona

Crítico de cine

Con el propósito de conocer cómo funciona, qué labores respalda y qué alcances tiene, entrevistamos a Juliana Ortiz, directora de planeación y proyectos de Proimágenes, institución que maneja el FDC (Fondo para el desarrollo Cinematográfico de Colombia).

Luis Guillermo Cardona: Juliana ¿Los concursos de guion del FDC (Fondo para el Desarrollo Cinematográfico) tienen la misma limitante de otros concursos, en los que, si uno ya participó en otras convocatorias ya no puede volver a participar?

Juliana Ortiz: No, no tienen ninguna barrera. En el año 2004, se empiezan a entregar los estímulos del fondo y se decidió que se entregarían por convocatoria pública. Se establecieron varias categorías (en este momento son 30), divididas en ficción, animación y documental. En ficción tenemos desde escritura de guion, hasta desarrollo de proyecto, producción, postproducción y a veces exhibición y distribución. Estas convocatorias se hacen una vez al año y se lanzan en el marco del Festival de Cine de Cartagena en el mes de marzo. El plazo para participar va hasta el mes de julio. Una vez se cierran las convocatorias, el personal de Proimágenes hace una revisión de requisitos formales, porque hay concursantes que quedan fuera por no firmar el formulario. Nosotros no hacemos una revisión creativa de los proyectos, sino que los enviamos a los jurados para cada categoría; se elige el perfil del jurado, teniendo que haber, como mínimo, un colombiano para culturizar sobre lo local a los demás jueces. Para escritura de guion, tenemos cerca de mil aplicaciones y sólo ganan 15 por categoría. La categoría mediometrajes ya no existe en la legislación colombiana, pues, los cortometrajes van de 7 a 69 minutos, y de 70 minutos en adelante se habla de un largometraje. Cuando el filme dura menos de 7 minutos no se puede nacionalizar ni mostrar en salas. Este criterio es únicamente válido para Colombia.

LGC: Si el guion resulta galardonado, ¿se abre alguna posibilidad para que ese guion entre a producción?

JO: Concursas con tu guion y lo que ganas son 20 millones de pesos, pero, es obligatorio que tengas un tutor (o asesor de escritura de guion) que puedes escoger a tu criterio o nosotros te lo podemos asignar. Hay gente que escogía, por ejemplo, a Lucrecia Martel, entonces tienen con ella unas sesiones online donde Lucrecia lee el texto y hace sugerencias para desarrollar cierto personaje o te explica donde falta un punto de quiebre… son sugerencias que se pueden acatar o no, lo importante es que tengas un diálogo con otra persona que asesora y hace sugerencias. Hasta ahí ya llega el estímulo del fondo.

Ya tenemos otros escenarios donde apoyan los guiones que han sido seleccionados. Por ejemplo, en Bogotá está Market, que convoca a los seleccionados para hacer con ellos un trabajo de formación. Los guionistas son los que tienen que estar pendientes para estar ahí. Estos estímulos son para largometraje y los veinte millones no son para producción sino para el guionista quien, luego, puede decirle a un productor que cuenta con ese capital y que ese será su aporte para que desarrollen juntos el proyecto.

Son 15 ganadores por género y llegan un promedio de 500 guiones para la convocatoria de ficción. Son treinta jurados que se hacen en duplas para leer 30 guiones; se preseleccionan los mejores y cada seleccionado debe ir a Bogotá a sustentar su trabajo. Entre estos se eligen los ganadores. Proimágenes no entrega los estímulos, solo los administra, ayuda a diseñar y ejecutar la convocatoria y luego hace el seguimiento para que se cumpla el proceso. Proimágenes, es el organismo que recauda lo de la boletería y es el administrador de ese fondo porque, cuando se creó la ley del cine, se hizo una fusión de sectores privados y públicos.

En el año 2003, cuando se crea el fondo, los empresarios deciden entregar el impuesto para que se hagan más películas, para mejorar la calidad y para tener identidad. Esto dio lugar a lo que hoy es la Ley del Cine. Cuando tú compras una boleta en la taquilla, hay un impuesto del 8,5% que va al Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, pero el fondo es una cuenta, no tiene persona jurídica y ésta es manejada por Proimágenes que tiene un consejo nacional elegido por voto popular, donde el ministerio de cultura abre unas convocatorias y hace las votaciones para los candidatos que hayan cumplido con los requisitos.

44 películas colombianas se estrenaron en el 2017 -casi que hubo una película para estrenar semanalmente-, pero, ganó la estadounidense, “Avengers”, contra todas las nuestras porque pasa que la medición de una película se hace el primer fin de semana, y si le va mal, la sacan o la colocan en el peor horario. Necesitamos unas políticas de formación de públicos, porque así aprendemos a ser críticos y a ver otro tipo de cine, ya que nos han criado con el tipo de cine televisivo. Si fuera algo que se fomentara desde el colegio la gente sería feliz viendo cine arte.

LGC: Como crítico de cine, uno juega un papel formativo y, una cosa es la discusión del cine como historia humana (argumento), y el papel que juega gente como Dago García en la consolidación de la industria. Pero, los críticos vemos la suma pobreza argumental de estas películas y es cuando centramos nuestros comentarios sobre la relación forma-contenido, y no sobre el contexto económico-industrial que tiene tanta preponderancia…

JO: El Fondo para el Desarrollo Cinematográfico tiene un estímulo con el que ayuda a todas las cadenas de valor, desde el guionista, y se da un estímulo para que el productor pueda estrenar sus películas. Este estímulo se divide en dos partes: Reembolsa las facturas de promoción hasta por 50 millones de pesos y hay un incentivo por espectador; a partir de 4.000 espectadores, el fondo paga $2.200 por espectador dependiendo de la participación de la película: si es una coproducción y la participación colombiana es del 40%, se paga un poco menos. Si la película hace 80.000 espectadores, se entregan 50 millones más, que sirven para amortiguar costos; la idea es que promocionar bien las películas para que tengan acogida.

LGC: ¿Cómo se están manejando las otras formas de exhibir mediante plataformas?

JO: Eso lo estamos dejando en manos del productor. Hay proyectos que hacen muestras en salas alternas de películas que ningún exhibidor las va a presentar y ésta es una buena opción. Hablamos con varios representantes de plataformas como Netflix o Amazon, para crear un espacio de cine colombiano, pero dicen que se pierde entre el inmenso material que ellos tienen. Retina Latina me gusta mucho, pero no está muy bien posicionada porque está en manos del Ministerio de Cultura y cada vez le bajan más al presupuesto, pues, resulta que son seis países con el convenio, pero algunos no hacen sus aportes en dinero ya que, cada país, tiene que aportar sus películas y pagarles a los productores para que las entreguen a la plataforma. Hay países que no hacen las debidas diligencias y entonces la sostenibilidad de Retina Latina peligra un poco.

Juliana Ortiz  “Hay muchas formas para estimular la producción cinematográfica”.

LGC: Juliana, de pronto ocurre que una bella película no alcanza la cantidad de espectadores requeridos y sale rápido de cartelera, ¿Proimágenes hace algo para difundirla luego?

JO: Sí, lo hacemos, y no sólo la difundimos, sino que la llevamos a festivales internacionales. Se hace una difusión de todas esas películas lindas y, afortunadamente, a muchas de las películas que les va mal en la taquilla, les va muy bien internacionalmente.

LGC: ¿Esto que no estás compartiendo se enseña actualmente en las escuelas de cine del país?

JO: No, hay una gran brecha, porque los profesores, en su mayoría, no saben lo que es realmente hacer cine. La Escuela Nacional de Cine en Bogotá vincula a personal que es productor de películas y está metido en el cuento. Ellos sí dan pautas que se tienen que saber más allá de ser creativos y hablan de los aspectos relativos a este negocio y no para que la película se venda, sino para hacer bien las cosas. Por ejemplo, resulta que eres el mejor director porque hiciste una gran película y te invitan a un festival que lo único que te paga es el hospedaje y no tienes dinero para pagar un tiquete, entonces debes saber que, el FDC tiene unos estímulos automáticos cuando tú eres elegido por un festival. Así, tú compras los tiquetes de viaje y el fondo te rembolsa las facturas. La película la acredita el Ministerio de Cultura y te regala una resolución de reconocimiento de obra nacional. Si no llevas esto a efecto, desde el principio, y sales elegido en un festival, puedes embarrarla por desconocimiento.

LGC: ¿Qué elementos llevan a definir una película como colombiana?

JO: Para que una película sea definida como colombiana, se debe aportar como mínimo el 20% del capital financiero, esto lo hace el productor, una empresa jurídica o persona natural que detenta los derechos patrimoniales de la obra y, el director, es el que detenta los derechos morales de la obra. También se debe tener un mínimo de personal técnico y un mínimo de personal artístico colombiano.

LGC: Finalmente Juliana, ¿Cómo definirías la constitución de la Ley de Cine?

JO: La Ley del Cine tiene dos partes principales: La primera es, el Fondo para el Desarrollo Cinematográfico, que es el que entrega los estímulos al sector y el 70% del dinero que recaude debe ir a producción; el restante 30% va a preservación, promoción internacional, etcétera. La otra parte tiene que ver con inversionistas y donantes: El Ministerio de Cultura puede entregar a cualquier inversionista o donante, un certificado para que deduzca el valor de su declaración de renta a final del año. La Dirección de Cinematografía es el único ente que puede expedir esos certificados de donación e inversión. La película debe tener resolución de proyecto nacional no de producto terminado, porque si no el Ministerio no la certifica como película colombiana.

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