La participación de las mujeres ha imprimido una vitalidad irreemplazable a los cabildos, con ellas la lucha por las reformas se fortalece.
Se levanta con ímpetu la resistencia desatada por los trabajadores a la lucha por alcanzar mejores condiciones laborales y por restituir derechos arrebatados por gobiernos anteriores. El hundimiento de la reforma laboral mostró el desprecio de los sectores más retrógrados de la sociedad que amangualados entre ellos en el poder financiero, mediático y parlamentario han mostrado su desinterés por las condiciones de vida de los desposeídos. Su riqueza crece a la par de la pobreza del pueblo.